Resumen
En sus lecciones de los años treinta, Heidegger se centra en el pensamiento de
Nietzsche dado que considera que en él se ha consumado el nihilismo de la
metafísica a través de la inversión de sus principios en su doble inicio platónico y
cartesiano. Pero el “nihilismo impropio” de la metafísica entendido como el “olvido del ser”, es motivado a su vez por el “nihilismo propio” o “abandono del ser”.
Consecuentemente Heidegger propone la “superación-sobretorsión” (Überwindung)
de la metafísica en el sentido de una “torsión” (Verwindung) del olvido del ser,
camino que lo llevará a la búsqueda de un pensamiento no metafísico entendido
como el “recuerdo interiorizante en la metafísica” primeramente, y seguidamente en
el sentido de un pensamiento rememorante (Andenken).
Seguidamente la presente propuesta se detiene en la temática del “último Dios” en
el horizonte de la temporalidad, donde Heidegger lo anuncia como “el último” pero
en el sentido del más originario, pensado desde la dimensión del “tiempo auténtico”
tetradimensional, donde lo advenidero no es lo meramente futuro, sino lo
predeterminado por “lo sido” (das Gewesen). Así se comprende la humanidad de los
advenideros (die Zukünftige), un pueblo de creadores que son “los vigías del silencio
del pasaje del último Dios”.