Resumen
Las aulas universitarias son espacios donde no sólo se reproduce cierto saber disciplinar
sino también donde se pueden elaborar nuevas visiones del mundo. En este caso, una mirada
feminista de la historia, ya que la educación es también un ámbito de discusión,
reflexión y actuación desde el que se pueden formular modos de actuación pedagógica
alternativos a los tradicionales, que develen las relaciones de saber-poder, cuyo objetivo
sea la igualdad entre los géneros. La primera premisa, entonces, es asumir que la educación
no es neutral, sino que puede normalizar y reproducir sociedades desiguales o, bien,
colaborar para la transformación de las mismas. Así, el espacio académico no puede
permanecer ajeno a las demandas actuales que acusan un creciente malestar, por parte de
amplios sectores, ante los cada vez más visibles hechos de violencia de género y una
multitud de micromachismos que laten en nuestras sociedades.