Resumen
El año 1880 encierra mucho más que el inicio de una etapa trascendente en la historia
nacional: evidentemente hay un antes y un después de la asunción de Julio Argentino Roca
a la presidencia. La consolidación del estado moderno implicó la afirmación de sus
elementos esenciales (leyes, población y territorio) y a un tiempo, la ratificación de un
discurso historiográfico que se convertiría en estrategia privilegiada para la alcanzar la
homogeneidad de los argentinos. La sanción de la ley de educación en 1884 marcó significativamente
ese proceso de construcción de la identidad nacional pues su aplicación debe
entenderse profundizando la cuestión ideológica que la inspiró, más allá de las filiaciones
pedagógicas, y sobre todo si se asocia esta problemática con el proceso de conformación de
la clase dirigente y con el montaje ideológico que le dio sentido y razón de ser a ella misma
y a sus acciones.