De ahí nació nuestra lucha, de a poco : historia de las luchas socio-territoriales wichí en el Chaco salteño (1984-2011)
Fecha
2021Autor
Boffa, Natalia
Director
Romero Wimer, FernandoHernández, Graciela
Palabras clave
Historia; Articulaciones; Luchas indígenas; TerritorioMetadatos
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En la historia reciente latinoamericana, la globalización, la transnacionalización de la economía y las regulaciones políticas neoliberales y neodesarrollistas generaron nuevos ciclos de dependencia, que engendraron reeditadas luchas emancipatorias y contestarias. En parte, estos procesos se constituyeron en disputas contra el modelo agroextractivista exportador y las decisiones gubernamentales dirigidas a favorecerlo. Esto dejaba ver que, a pesar del desarrollo de políticas indigenistas, no se lograban subsanar y revertir los procesos de cercamiento, despojo y desplazamiento. En el Chaco salteño (Salta, Argentina), entre 1984 y 2011, el nuevo ciclo de dependencia se manifestó a través de la puesta en producción de territorios anteriormente considerados marginales para el agronegocio y que estaban mayormente habitados por comunidades indígenas. Estos cambios se produjeron a través de un viraje agroproductivo hacia nuevos cultivos como el poroto y la soja, la ganadería empresarial y la intensificación en la exploración y explotación de los hidrocarburos. Así, las específicas formas de expansión del capital, en sus movimientos de valoración y modos de regulación política, produjo heterogéneos procesos conectivos en esta región, que suele ser definida como una “formación social de fronteras”. En otras palabras, la articulación de las heterogéneas historias locales al interior del capital, entendida como la capacidad de imponer ciertas formas de territorialización hegemónica negando las territorialidades existentes, resultó opresiva para las poblaciones locales, que buscaron, de alguna forma, quizás parcialmente, desarticular esa opresión. Las conflictualidades que esto produjo pusieron de manifiesto territorialidades tensionadas entre la autonomía relativa y la explotación, entre la alienación y la lucha por el control. De esta manera, los procesos organizativos wichí se desplegaron en diversas acciones, algunas espontáneas y directas contra los desmontes, también asambleas intercomunitarias y acuerdos particulares, generalmente desventajosos, pero que aseguraban ciertos arreglos, por pequeñas parcelas de tierra o trabajo. A partir de esto, buscamos establecer relaciones, encontrar regularidades, identificar conflictos internos, tensiones y contradicciones, para explicar las causas y formas en que estas luchas se motorizaron, recrearon y reeditaron, contra lo impuesto, contra la negación de sus territorialidades y contra representaciones estigmatizantes relacionadas con la idea de que los indígenas no se organizan porque “se pelean entre ellos, no saben lo quieren”. Entendemos a las luchas socioterritoriales wichí como procesos organizativos específicos, heterogéneos y abiertos, y nos alejamos del sentido “clásico” de las luchas sociales; las analizamos como deslizamientos, como movimientos societales, como intentos de desarticular la opresión. Movimientos que estarían basados en distintas redes de relaciones, que, por momentos, promovieron su institucionalización en organizaciones, pero que también impulsaron otras formas de lucha no institucionalizadas y específicamente territorializadas, que fueron transformando sus propias historias desde los intersticios de la hegemonía. Concretamente, analizamos la zona del río Bermejo y del río Itiyuro, en donde trabajamos desde la Historia Oral, a partir de la escucha atenta de los relatos de nuestros interlocutores, intentando comprender sus sentidos y significados, los elementos relevantes y también sus relativizaciones. A partir de esto, como parte de nuestros análisis, incorporamos una aproximación comparativa de los procesos organizativos del Pilcomayo salteño, referencia común entre las personas entrevistadas. Con esto, además de pensar críticamente las diversas y específicas formas de territorialización e institucionalización de estas luchas, intentamos reflexionar sobre lo que las luchas wichí intentaban desarticular, el lugar de su potencia y el motor de esta sociedad en movimiento. In recent Latin American history, globalization, transnationalization of the economy and neoliberal and neo-developmentalist political regulations generated new cycles of dependency, which gave rise to renewed emancipatory and oppositional struggles. Part of these processes took the form of disputes over the exporting, agro-extractivist model and government decisions, which, despite the development of indigenous policies, failed to compensate for and reverse enclosure, dispossession and displacement processes.In the Chaco salteño (Salta, Argentina), between 1984 and 2011, this was manifested by putting into production territories that had been previously considered marginal, inhabited by indigenous communities, with an agricultural production shift towards new crops such as beans and soybeans, corporate livestock farming and intensified exploration and exploitation of hydrocarbons. Thus, the specific ways in which capital was expanded, in its valuation movements and modes of political regulation, produced heterogeneous connective processes articulating the diverse local histories within capital. This resulted in the possibility of imposing certain forms of hegemonic territorialization that became oppressive. For this reason, at the same time, the conflictualities produced by these processes revealed territorialities in tension between relative autonomy and exploitation, between alienation and the struggle for control. Therefore, organizational processes arose between spontaneous and direct actions against deforestation intercommunity assemblies and particular agreements that, although generally disadvantageous, ensured certain benefits, plots of land or works. Based on this, we aim to establish relationships, find regularities, identify internal conflicts, tensions and contradictions, to explain the causes and ways in which these struggles were taken up, recreated and renewed, against what is imposed, against the denial of territorialities, against indigenous people representations related to the idea that “they fight among each other, they don't know what they want”; not in a dichotomous sense, but rather as diverse tactics to try to dismantle oppression. Hence we understand the wichí socio-territorial struggles as specific, heterogeneous and open organizational processes and we move away from the “classic” meaning of social struggles; we analyze them as drifts, as societal movements, based on different relationship networks , which, at times, promoted not only their institutionalization in organizations but also other forms of non-institutionalized —and specifically territorialized— struggle, which transformed their own histories from the interstices of hegemony. Specifically, we analyze the area of the Bermejo River and the Itiyuro River, where we work from “oral history”, listening attentively to the stories of our interlocutors, trying to understand their meanings and senses, the relevant elements and also their relativizations; for this reason, as part of this analysis, we include an approach approximate description of the organizational processes of the Pilcomayo, which was a common reference in their memories. Thus, in addition to thinking critically about the various and specific forms of territorialization and institutionalization of these struggles, we reflect on what they were trying to dismantle, the place of their power, their engine, which could be translated as the denial of territorial denial.
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