Los destinos de una biblioteca
Fecha
2017Autor
Martin, Virginia Claudia
Palabras clave
Biblioteca "Arturo Marasso"; Departamento de Humanidades; Marasso, Arturo; Creación de la bibliotecaEditorial
Universidad Nacional del Sur. Departamento de Humanidades; ArgentinaMetadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
Arturo Marasso es el nombre de la biblioteca de Humanidades que la designa desde el 22 de junio de 1970. Su caudal fecundó desde el 24 de febrero de 1956, el Instituto de Humanidades por resolución N° 34 del rector-interventor de la Universidad Nacional del Sur, profesor Vicente Fatone. La memoria que intenta reseñar los primeros pasos de ese organismo aclara que consiste en “una unidad de investigación paralela a la unidad docente del Departamento de Humanidades para la formación de investigadores e investigación científica” "Desde su creación, el Instituto de Humanidades contó con la biblioteca que la universidad adquiriera al profesor Arturo Marasso constituida por un gran número de ejemplares raros, ediciones antiguas –algunas son ediciones príncipe- diccionarios y léxicos diversos, y, en general, por obras de las literaturas clásicas, española y europea, todas ellas de gran valor” (1967:53). La universidad fue fundada el 5 de enero de ese año (previo Instituto Tecnológico del Sur que fuera creado el 9 de octubre de 1946), las Humanidades advertían desde el comienzo que la universidad debía sumar un interés real por la investigación y esa decisión se traducía en la concreción del Instituto que debía albergar espíritus inquietos y materiales próximos para orientar ese impulso indagador.
La biblioteca se forma conjuntamente con el Instituto de Humanidades, dirigido por el profesor y escritor Héctor Ciocchini hasta 1973 . Su propósito principal era el de constituirse en un “centro de síntesis” que evidenciaba una actitud conciliadora entre la filosofía y las distintas disciplinas antropológicas y humanísticas. El inventario se inicia en el año 1957 a partir de tres mil ejemplares valiosísimos adquiridos a Marasso y así, la biblioteca conforma su sesgo humanístico que la definirá a lo largo de su historia. Esas obras presentan hoy un doble interés: el que proviene de la dinámica de su contenido y el que despierta la admiración del lector avezado en una bibliofilia incipiente, como la que se ha despertado en el marco de un proyecto de investigación que docentes y estudiantes del departamento de Humanidades estamos vislumbrando.